El Gobierno extendió este martes por seis meses el período de transición en el que esperan pasar a un nuevo esquema de subsidios en las tarifas de luz y gas natural, en línea con el objetivo oficial de apuntalar el equilibrio fiscal. La intención es que el nuevo sistema comience a regir desde junio de 2025 y sea más “focalizado”, es decir, que la asistencia llegue a menos hogares.
La secretaría de Energía publicó hoy en el Boletín Oficial la Resolución 383/2024, en la que se dispuso prorrogar por “un plazo de seis meses, desde el 1º de diciembre de 2024 hasta el 31 de mayo de 2025, el Período de Transición hacia Subsidios Energéticos Focalizados”. La norma lleva la firma de la titular de la dependencia María Tettamanti, quien lleva un mes en el cargo y deberá avanzar en una misión que dejó pendiente su antecesor, Eduardo Rodríguez Chirillo.
Energía tenía previsto aplicar desde noviembre, con la posibilidad de una extensión por única vez, un sistema de subvenciones basado en una canasta básica energética (CBE), el cual había sido impulsado sin éxito por Rodríguez Chirillo antes de su salida a finales de octubre y que se había topado con dificultades para el cruce de datos; además de desacuerdos con otros miembros del Gabinete.
Tettamanti se puso como objetivo terminar esa tarea para junio del año que viene. “Probablemente ahora se extienda el período de transición del esquema de segmentación actual en N1, N2 y N3, pero la idea final es ir a una tarifa focalizada, que es lo más parecido a una tarifa social”, había asegurado este lunes la funcionaria al exponer en la inauguración del evento Energy Day organizado por el portal especializado EconoJournal.
Según explicó, la intención es que solo reciban subsidios aquellos hogares que muestren una necesidad real de asistencia. “El subsidio para las personas que lo necesitan va a fomentar la eficiencia en el uso. Es decir, queremos que haya un bloque mínimo subsidiado, pero a partir de ahí que se empiece a manifestar en la tarifa el costo real de la producción, el transporte y la distribución”, detalló la secretaria de Energía.
La quita de subsidios en las tarifas de energía que prepara el Gobierno para 2025 tendrán especial impacto en los 10 millones de hogares de ingresos medios y bajos. Ese que a las boletas de electricidad y gas natural que recibe ese universo para reflejar el costo “real” del servicio, después de un año con fuertes subas, mientras que los usuarios de altos ingresos prácticamente no reciben subvención.
Mientras tanto, la mirada oficial está puesta en el plan para mitigar los riesgos de cortes de electricidad durante los momentos de mayor calor en el próximo verano, frente a lo que serán faltantes de oferta de energía y una red desinvertida por años de atraso tarifario. Este mes se llamará a la primera una licitación para comenzar el plan para ampliar líneas de transporte de alta tensión en el país, tras 10 años de desinversión. El primer paso será en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con una obra de USD 1.000 millones.
En la Argentina rige desde 2022 un sistema de segmentación tarifaria que divide a los residenciales en tres niveles: ingresos altos (Nivel 1), Ingresos bajos (Nivel 2) e ingresos medios (Nivel 3). El espíritu original era que los N1, comercios e Industrias pagaran el costo pleno de la energía, al igual que comercios e industrias. Los N2 y N3 tienen un tope de consumo subvencionado.
Las tarifas están compuestas por cuatro ítems: el precio mismo de la energía, donde se canalizan los subsidios, el transporte, la distribución y los impuestos en sus tres niveles (nacionales, provinciales y municipales). Hoy ninguno de los usuarios cubre el costo pleno de la luz o el gas que consume, por lo que el Tesoro debe compensar a las empresas generadoras por esa diferencia.
El plan de Tettamanti es eliminar la segmentación vigente para que solo queden dos tipos de usuarios: los que reciben subvenciones y quienes no tengan ningún tipo de asistencia. “No será de un día para el otro”, explican en despachos oficiales.
Las condiciones para acceder al beneficio continuarán signadas por la Canasta Básica Total (CBT) que publica el Indec –la línea de pobreza– aunque serían mucho más restrictivas que las actuales y, en el escenario ideal, los beneficiarios pagarían el costo pleno de la factura, pero recibirían una compensación a través de una transferencia directa a través de una cuenta bancaria o una tarjeta.
Actualmente, unos 8 millones de usuarios de electricidad son N2, 3 millones son N3 y 5 millones son N1. Eso implica que 7 de cada 10 hogares reciben ayuda del Estado para afrontar sus tarifas. En lo que va de la gestión de Milei, cerca de 1 millón de usuarios tuvieron que pedir la subvención para afrontar el pago de los servicios por los aumentos aplicados.
Son en definitiva unos 11 millones de usuarios a los que Energía deberá poner en la mira. Sin embargo, el timing de la quita de subsidios será definido por el ministro de Economía, Luis Caputo, en función de que dos variables centrales: el objetivo de sostener equilibrio fiscal y no poner en peligro la desaceleración de la inflación. En 2024 hubo un recorte en subvenciones equivalente a más de USD 3.000 millones y esperan un ajuste similar para el año que viene, según se desprende del Presupuesto 2025.